Batalla espiritual con ayuno
- IB La Molina

- 1 jul 2021
- 3 Min. de lectura
Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno. Mateo 17:20-21

Jesús espera que crezcamos en nuestra fe, desde que empezó esta plaga del covid19 muchos creyentes han experimentado dolor, pérdida, miedo y frustración, pero Dios ha hecho posible que a pesar de lo duro de esta prueba, aunque hemos sufrido, ha crecido nuestra confianza en el Señor.
En este capítulo sobre la sanidad del niño endemoniado podemos ver que los discípulos no tuvieron la fe suficiente para orar y sanar al muchacho, ¿por qué siendo que ellos tuvieron como maestro al Señor mismo, no pudieron tener la fe necesaria para obrar milagros? ¿Si ellos no pudieron, acaso nosotros podremos?
En el caso de este niño, sus síntomas epilépticos eran de origen demoníaco:
“Señor, ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar.”
En el evangelio de Marcos 9:14-29 también nos dice que el demonio hizo mudo y sordo al muchacho. Imaginen el dolor de ese padre viendo con impotencia a su hijo dominado por esa fuerza incontrolable. En este momento pienso en el llanto de la madre que ve a su amado hijo dominado por el vicio que no quiere dejar. Pero nada hay imposible para Dios.
Los discípulos fueron en ese momento incapaces de ayudar, pero Jesús una vez más fue el maestro que enseñó a sus alumnos cómo actuar.
Nuestra fe debe hacerse evidente no sólo cuando oramos y meditamos en la tranquilidad de nuestros cuartos, es fácil sentirse cerca de Dios cuando el mundo se deja atrás. Pero Dios nos ha pedido que seamos embajadores y ministros que anunciamos su Palabra, así que la fe verdadera se trata de arrodillarnos delante de Dios para que Él nos levante y nos use para ayudar y liberar a toda la nación que está tomada por el enemigo.
La incapacidad de los discípulos recién se hizo notoria en esta ocasión, porque en Lucas diez leemos: “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre.” Quiere decir que si habían experimentado antes el poder orar y liberar demonios, lo que sucede es que hay niveles de poderes demoníacos:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”
Ellos recibieron la autoridad para liberar pero ese día no pudieron, fue un fracaso público, presenciado por la multitud, y entre ellos los escribas sarcásticos y vengativos. Ese fracaso sin embargo les enseñó que el ministerio no es algo que se hace con rutina, para hacer la obra debes estar en plena comunión íntima con el Señor, dependiendo del Poder de Cristo y su sangre y no de tus propios dones. El trabajo espiritual sólo puede ser realizado por personas espirituales. No se puede hacer nada sin fe.
El sacrificio de Cristo en la cruz estaba cercano, la temporada de enseñanza y milagros presenciales ya estaba llegando a su fin, por eso Jesús tal vez se sentía frustrado que sus discípulos no tenían más fe. Entonces Jesús mismo reprendió al demonio, el cual salió de inmediato del muchacho. Lo que era demasiado difícil para sus discípulos no era difícil para Jesús.
¿Por qué nosotros no pudimos echarlo fuera? Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible. Pero este género no sale sino con oración y ayuno.
La Biblia nos muestra requisitos para que un ayuno sea aceptable a Dios y eficaz para grandes propósitos.
El primer requisito es que debe utilizarse, no como un acto religioso sino con verdadera adoración.
El segundo requisito de un ayuno es que se haga con un sincero deseo de morir a la vieja naturaleza de pecado. El ayuno significa la guerra contra el pecado.
El tercer requisito de un ayuno es que sea avivado y animado con la oración ferviente. La oración intercesora es oída atentamente por Dios.
El cuarto requisito es que el ayuno sea acompañado de ofrendas y obras de misericordia.
El ayuno corrige muchas cosas en el creyente sincero, elimina el orgullo, borra actitudes carnales, sensibiliza el corazón, te convierte en un adorador, te hace paciente, aumenta la fe.
Seguimos clamando por nuestra nación.
Martha Vílchez de Bardales









Comentarios