Dios no usa a mentirosos
- IB La Molina

- 7 sept 2021
- 4 Min. de lectura
“Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Y en el mismo año murió Hananías, en el séptimo mes.” Jeremías 28: 15-17

¿Te consideras una persona honesta? Creo que como cristiano tendrás que responder que si eres honrado, decente e íntegro, pero a decir verdad muchas veces cuando hablamos con cualquier persona no siempre damos la información exacta tal cual la recibimos, de acuerdo a nuestra personalidad se nos puede filtrar una mentirilla, exageración o incluso un perjuicio personal.
A Jeremías se le apareció un profeta con aires de superioridad en extremo, venía afirmando que tenía un mensaje de Dios, este hombre parece que estaba harto de los mensajes de Jeremías así que vino con ganas de cambiar todo el panorama de castigo con promesas de perdón y bendición. ¡Cómo si alguien pudiera cerrar la mano de Dios para detener su plan perfecto! Este hombre no decía mentirillas, era un farsante consumado.
Hananías se llamaba este mensajero mentiroso, y todo lo que dijo era contradiciendo el mensaje de Jeremías:
Afirmó que el yugo del rey de Babilonia se rompería y que en dos años se traerían de vuelta los vasos del templo.
Jeremías dijo que ellos estarían bajo el yugo del rey de Babilonia; Hananías dijo que el Señor había quebrantado el yugo del rey de Babilonia.
Dijo que el rey Jeconías regresaría, junto con todos los transportados de Judá que entraron a Babilonia. Todo esto pasaría dentro de dos años. Este era un mensaje grande y dramático – algo que los asustados ciudadanos de Judá seguramente amaron escuchar.
Hananías mientras hablaba se convirtió en el profeta más popular de todo Judá, sus palabras eran atrevidas, patrióticas, y motivadoras. Cuántas veces la congregación se cambia de iglesia como si se cambiara de un club, es que los hombres quieren líderes que sigan sus pensamientos, o suavicen los castigos, es decir quieren pastores que estén modernizados con el espíritu de la sociedad que los rodea, lo mundano dejó de ser pecaminoso, es más bien fresco, moderno y actual.
Pero Jeremías percibió la mentira en el acto, ¡Por supuesto que era un mentiroso! ¿Acaso nuestro Dios se puede contradecir? Dios le había dicho que hable sobre exilio, calamidad y muerte, y aparece este mentiroso y dice regreso y restauración. Ambos hablaban en nombre del Señor, pero uno mentía.
El mentiroso es osado y fanfarrón, entonces Hananías se volvió aún más arrogante. Jeremías tenía alrededor de su cuello el yugo que Dios le impuso como ejemplo, y Hananías se lo quitó, lo rompió y volvió a declarar que en dos años se rompería el yugo de Nabucodonosor. ¡Qué aplauso debe haberse ganado de las masas incrédulas que lo rodeaban! A veces los pastores y líderes quieren escabullirse de las cargas, por eso si viene un nuevo y popular "maestro y profeta" que afirma que tiene la llave del crecimiento, el secreto del éxito, los pastores dejan de serlo y se convierten en ovejas que corren para sentirse aliviados. ¡Cuidado con los que prometen cosas que no vienen de Dios!
A este manipulador no le importó estar en el templo, con el santuario en su espalda, el arca del pacto y los objetos sagrados, no le importó estar rodeado de sacerdotes, menos le importaba el pueblo que fue testigo de sus alardes, no le importó decir que hablaba en Nombre de Dios, el que hace eso y sabe que miente, está loco o simplemente en el fondo desprecia al Señor.
Hananías usó las mismas palabras que usó Jeremías: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel.” Hablar en nombre de Dios para lograr fines egoístas y perversos es como ponerte en la mira de un rayo violento, tu mismo te condenas, porque hablar en nombre de Dios sin temerle, es una locura.
¿Cómo se habrá sentido Jeremías escuchando a un embustero como Hananías, creo que debe haberle dolido el corazón, pero también la indignación debe haberle hecho subir la presión, este mentiroso sin principios profanando con valentía el nombre de Dios. Sólo por buscar el aplauso de los hombres.
Jeremías es un héroe de la verdad, quizá sintió su corazón romperse ante este falso profeta, pero de inmediato lo desmintió: ¡Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió!
Esta frase para mí es contundente, el día de hoy somos demasiado diplomáticos porque consideramos que es respeto y ética no desmentir a alguien que falsifica la verdad bíblica. Pero Jeremías no lo invitó a discutir, no le dijo vamos a presentar argumentos, evaluar doctrinas etc. Simplemente le quitó la máscara que cubría sus mentiras y esto fue suficiente para hacer evidente que era enviado por el diablo.
No olvides abrir tu Biblia y leer todo el capítulo.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
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