El Anciano de años

“Mientras yo observaba esto, se colocaron unos tronos, y tomó asiento un venerable Anciano. Su ropa era blanca como la nieve, y su cabello, blanco como la lana. Su trono con sus ruedas centelleaban como el fuego. De su presencia brotaba un torrente de fuego. Miles y millares le servían, centenares de miles lo atendían. Al iniciarse el juicio, los libros fueron abiertos.” Daniel 7:9-10

Daniel tuvo un sueño y vio visiones mientras estaba en su cama. Las cosas que vio fueron maravillosas, pero tuvo el valor de levantarse y poner por escrito lo que vio:

“Yo soy Daniel. Una noche soñé que los cuatro vientos del cielo soplaban muy fuerte sobre el gran mar. De repente salieron del mar cuatro grandes monstruos, todos ellos diferentes.

1. El primer monstruo parecía un león con alas de águila.

2. El segundo monstruo parecía un oso, pero uno de sus costados era más alto que el otro. Entre sus dientes tenía tres costillas. Entonces recibió la orden de levantarse y comer mucha carne.

3. El tercer monstruo parecía una pantera o un leopardo. Tenía cuatro alas de ave en la espalda, y tenía también cuatro cabezas. A este monstruo se le dio poder para reinar.

4. De pronto apareció el cuarto monstruo. Tenía diez cuernos, y sus dientes eran dos grandes hileras de puntas de hierro. Hacía pedazos todo lo que comía, y lo demás lo pisoteaba y destruía.

Daniel nos dice que estas cuatro bestias son cuatro reinos que gobiernan sobre la tierra. El primer reino es el Imperio Babilonio, representado por un león y un águila. El segundo que es el oso representa al Imperio Medo-Persa, el cual sucedió al Imperio Babilónico. La tercera bestia que es el leopardo representa al Imperio Persa, y la cuarta bestia, espantosa y terrible representa a Roma.

Dios les permitió a todos estos reinos gobernar sobre naciones, pero ellos no tuvieron temor a Dios.

Pero el devocional que quiero meditar es sobre la visión del “Anciano de días” Dice Juan 1:18 que “Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él.”

En la visión de Daniel él pudo ver un aspecto tan glorioso que ningún ser de carne y hueso podría verlo y seguir viviendo, sin embargo sabemos por la palabra, que algunos hombres escogidos tuvieron el privilegio de tener una visión del cielo. Uno de ellos fue el profeta Daniel.

Lo que Daniel vio lo llenó de un profundo respeto, cada día oraba tres veces al día mirando por la ventana abierta todo lo creado, pero esa noche, pudo ver más allá en la intimidad con el Señor. Cada día, cuando abres la Palabra y meditas en ella, tienes un encuentro especial con el Padre, el Señor abre tu entendimiento y te da la oportunidad que lo adores en espíritu y en verdad.

“El Anciano de días” tomó asiento en el tribunal de justicia listo para evaluar a todos los que esperaban sentencia ¿Y a quiénes iba a juzgar? Pues precisamente a las naciones de la tierra, representadas en aquella visión tan sorprendente. Cuando leas esta verdad, debes tomar aire, respirar profundo y exhalar esperanza, incluso, alegrar tu corazón, porque aunque el mundo y sus opresores crean que pueden hacer y deshacer a su antojo, aunque la corrupción de los gobernantes, la ambición de los poderosos y la perversidad de las naciones sea grande, nosotros sabemos, que todos le darán cuenta al Señor de todo lo que hicieron. Él es Dios de toda Justicia.

¿Cómo era el Anciano de días? Dice el texto que su ropa era blanca justamente como la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana limpia. Como sabemos, el color blanco es un símbolo de justicia y pureza, y dado que la lana suele ser blanca en su estado natural, el cabello del Anciano era como lana limpia, tan blanca como las nubes más altas. ¿Puedes imaginarte lo que Daniel vio? ¿Te imaginas a un Juez de cabello blanco y con una vestimenta de blancura impecable? Estas imágenes maravillosas nos garantizan Justicia, Sabiduría, Santidad, Poderío, Eternidad, nos aseguran que los juicios de Jehová son justos y sabios. Él es la clase de Juez que merece nuestra más profunda confianza y respeto.

Pero el "Anciano de días" no estaba sólo: "Millones de ángeles le atendían; y muchos millones se pusieron de pie para servirle. Según la Biblia, los ángeles de Dios son una corte innumerable, una compañía de ángeles que rodean el trono de Dios. Y los millones de millones que asistían delante de él describe a la humanidad parados delante del juicio de Dios.

El apóstol Juan también vería una visión parecida y la describió en Apocalipsis 7:17 "Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará á fuentes vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima de los ojos de ellos."

Que estas visiones maravillosas alimenten tu fe para no cansarte ni sentirte defraudado ante la injusticia de este mundo, más bien sigue cumpliendo con la tarea de evangelista y comparte las maravillosas palabras del Señor, él limpiará tus lágrimas, te pastoreará y te guiará a fuentes de aguas vivas.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales