El Anticristo

“Más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a muchos.” Daniel 11:32-33

Este capítulo es la continuación de la profecía que Daniel vio en visión, y contiene una de las profecías específicas más cumplidas de la Biblia, prediciendo la historia algunos 375 años, y hasta el final, con una precisión sorprendente.

En este capítulo encontramos en detalle la aparición de cuatro reyes, pero quiero meditar sobre el peor de todos.

“Y le sucederá en su lugar un hombre despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá sin aviso y tomará el reino con halagos.”

De esta forma fue calificado este rey por el ángel: “Un hombre despreciable” un hombre vil. Él no llegó legítimamente al trono ya que asesinó a su hermano mayor, el rey anterior. Su nombre fue Antíoco IV y tomó el título de Epífanes, el cual significa ilustre. Otros, de una manera merecida le llamaban Epimanes, el cual significa hombre loco.

“Y el rey hará su voluntad, y se ensoberbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. Del Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres; ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.”

Muchos eruditos creen que este versículo además de ser histórico es profético y describe al Anticristo, el cual se opone y se levanta contra todo lo que viene de Dios, por eso se engrandece como si fuera más importante que el propio Señor. Esta característica del orgullo es la base de un corazón rebelde contra Dios.

El Anticristo será el último dictador del mundo. Es increíble que Daniel haya sido avisado tanto tiempo antes que estas cosas sucederían, porque el ángel le dijo a Daniel que esta revelación se relacionaba con los últimos días, Daniel 10:14, y Daniel 11:36.

El Apóstol Pablo también parafraseó Daniel 11:36 en referencia a la venida del Anticristo en 2 Tesalonicenses 2:3-4

“Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.”

Daniel recibió todas estas profecías en ayuno y oración.

Por eso hago hincapié en los versos :

“Más el pueblo que conoce a su Dios se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a muchos.”

La intimidad con Dios debería ser la prioridad cuando comienza el día, porque mientras más meditamos en su Palabra y oramos, mejores personas seremos, mejores siervos de Dios y discípulos de Jesucristo, mejores proclamadores de los misterios de Dios incluso, es que nada somos sin el poder y la gracia del Señor. Esta relación con Dios hizo de Daniel un hombre íntegro que estuvo dispuesto a defender la verdad de Dios y hacer su voluntad de todo corazón.

Sabemos que la maldad crece cada día y nos quiere arrastrar para que seamos parte de ella, pero si tu relación con Dios es como tu respirar, entonces el enemigo no podrá disuadirte ni intimidarte para que hagas lo malo, ¡que importante es que nos mantengamos pegados al Señor!

Estamos viviendo tiempos de mucha maldad, el odio se ve y hasta se puede palpar por lo cercano que está en todas partes, por eso debes estar pegado al Señor y su Palabra, por eso debes memorizar las escrituras y ser instruido en ella, porque al conocer la voluntad de Dios serás sabio y esta sabiduría de lo Alto debe ser proclamada. Sólo ella traerá luz y esperanza en este mundo perdido, así como Daniel profetizó: "y los sabios del pueblo instruirán a muchos" ¿No quieres ser uno de estos sabios que instruyen a muchos con el mensaje de Dios?

Con amor

Martha Vílchez de Bardales