Estamos expuestos al sufrimiento

"El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como príncipe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas palabras. Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual conducía a la casa de Jehová. Y el día siguiente Pasur sacó a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib. Porque así ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada." Jeremías 20:1-4

Felices son ustedes cuando los vituperen y los persigan y mentirosamente digan toda suerte de cosa inicua contra ustedes por mi causa. Regocíjense y salten de gozo, puesto que grande es su galardón en los cielos; porque de esa manera persiguieron a los profetas antes de ustedes. ”Mateo 5:11, 12.

Los siervos de Dios estamos expuestos al sufrimiento, a la ingratitud, al abandono y por supuesto a todo tipo de acusación. Sin embargo hay líderes evangélicos que prometen a los cristianos una vida llena de éxito, prosperidad y puras bendiciones, tenemos que mirar el ejemplo de todos los personajes de la Biblia para asimilar que cuando un siervo de Dios sufre no es una maldición o un castigo, sino una prueba que permitirá que salga refinado como el oro.

Los siervos de Dios han sufrido a manos de los inicuos desde el tiempo de Abel. Pero ojo, no es que ellos se ofrecieron voluntariamente al maltrato y la vejación cual héroes para ganar renombre, ellos no querían ser maltratados, sin embargo, fueron totalmente conscientes que algunos sufrimientos eran inevitables porque este mundo está lleno de maldad. A pesar del sufrimiento el siervo de Dios sabe que Dios siempre sostiene su mano.

Una de las cosas maravillosas que mi padre me enseñó fue justamente esto, las pruebas duras vendrían, mi corazón sufriría y sentiría que ya no tengo aliento para continuar pero que siga confiando porque el resultado final de una vida de integridad a Dios de veras será una eternidad feliz.

En este capítulo Jeremías sufrió vejación de parte de los propios religiosos, Pasur hijo de Imer, fue un líder de los sacerdotes, un representante directo del sumo sacerdote, presidía como príncipe en el templo de Dios, al parecer él no estuvo presente cuando Jeremías proclamó el sermón de la vasija rota en el valle de Hinom.

No sabemos si estuvo o no presente, pero lo que sí se sabe es que detestaba a Jeremías, le molestaban sus sermones directos, su llanto y lamentos. Así que ordenó que Jeremías fuera azotado, ¿Cuál fue la acusación? fue declarado como un falso profeta, fue sometido a la vergüenza pública, lo llamaron traidor y menospreciaron todas sus profecías haciendo que la nación dudara de que era un hombre de Dios. Quizá recibió 39 latigazos y luego fue colocado en el cepo. Los peores maltratos que un siervo de Dios sufre no siempre vienen de los impíos.

Pero esta vejación duró un día, Quizá Pasur quiso demostrar su benignidad delante de la nación así que liberó a Jeremías al día siguiente del martirio, quizá también pensó que al mostrarse misericordioso el pueblo elogiaría su carácter, todo era una forma de ganar renombre y despreciar a Jeremías.

Pero Jeremías cuando fue liberado no se mostró agradecido, ni dio señales de complacencia ante su torturador, todo lo contrario, el fuego de Dios que estaba en su interior se encendió más y declaró:

“Jehová no ha llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib. Porque así ha dicho Jehová:

• He aquí, haré que seas un terror a ti mismo y a todos los que bien te quieren,

• Y caerán por la espada de sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en manos del rey de Babilonia,

• Y los llevará cautivos a Babilonia, y los matará a espada.

• Entregaré asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos,

• Y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia.

• Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has profetizado con mentira.”

Pasur creyó que Jeremías habría aprendido la lección y dejaría de dar sermones tan directos, pero Jeremías daba palabra de Dios así que al contrario fue todavía más directo: “Y tú, Pasur… entrarás en Babilonia, y allí morirás. Pasur merecía el castigo porque sólo le dijo mentiras a la nación. Dios le cambió el nombre de Pasur (prosperidad) por Magor-misabib: "Terror por todas partes". Por supuesto que hay castigo para el que miente diciendo que habla en nombre de Dios y sólo habla lo que le conviene o lo hace famoso.

Vivimos tiempos donde es obligatorio predicar sobre el temor a Dios. Justamente el domingo que pasó mi esposo dio un sermón que me hizo reflexionar sobre la urgencia de predicar un evangelio de perdón, pero también de santidad. La Iglesia de hoy no debe olvidar que tenemos un Dios Justo, Santo, Poderoso para dar a cada uno conforme a sus obras.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales

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