Malas consecuencias

“Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.” Jeremías 24:2-7

El Señor le mostró a Jeremías dos cestas de higos colocadas delante del templo de Jehová. Una cesta tenía higos muy buenos, grandes, dulces y de aspecto hermoso; y la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer. Entonces el Señor le preguntó: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dijo: Higos; higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer.

Las dos cestas representaban a todo el pueblo, los buenos y malos, y el templo representaba el tribunal de Dios. Jeconías (también conocido como Joaquín) fue llevado a Babilonia y Sedequías comenzó su reinado. A menudo se llevaban cautivos a los príncipes del rey para evitar que ejercieran poder y comenzaran una rebelión. También se llevaban a los artesanos debido a que eran valiosos para el programa de construcción de Babilonia.

Los higos buenos representaban a los cautivos en Babilonia, no porque por sí mismos fueran buenos, sino porque sus corazones responderían a Dios. Por lo tanto, Él los cuidaría y traería de regreso a la tierra. Los higos malos representaban a los que se quedaron en Judá o huyeron a Egipto. El pueblo creía que sería bendecido si permanecía en la tierra o escapaban a Egipto, pero sucedió lo opuesto, ya que Dios utilizaría el cautiverio para refinarlos.

Esto es muy ilustrativo del trato de Dios con su iglesia, a veces los creyentes piensan que son bendecidos cuando les va bien en todo, tienen un trabajo muy bien pagado, todos en su familia están sanos, los hijos están prósperos y bendecidos, etc. Pero también piensan que están siendo castigados o están maldecidos cuando hay problemas, pobreza, enfermedad o pruebas dolorosas. En realidad las pruebas permitidas por el Señor son una bendición cuando nos fortalecen y la prosperidad se convierte en una maldición cuando nos seduce a apartarnos de Dios.

Dios cuidó a los cautivos judios que fueron llevados a Babilonia. A pesar de que fueron llevados a la fuerza a una tierra extranjera, su cautiverio no fue esclavitud. El pueblo podía tener negocios y casas propias. Algunos, como Daniel, incluso ocuparon altos puestos en el gobierno (puedes leer Daniel 2:48).

“Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su corazón.”

El juicio que alcanzó a la nación les trajo dolor. Incluso sufrieron los que fueron llamados como “higos buenos”, ellos también tuvieron que ser expulsados de Judá a Babilonia para bien. Dios ve claramente los corazones y sabe quiénes son temerosos de Él, aunque fueron todos los cautivos, sin embargo Jehová conocía la diferencia entre los dos tipos de personas: aquellos que provocaron el justo juicio de Dios y los que siguieron el mismo camino por error.

A veces el juicio que cae sobre una nación, una familia, una comunidad puede repercutir incluso a aquellos que pueden ser individualmente inocentes del pecado, siempre debemos estar atentos a las consecuencias. Lo que Dios le dijo a Jeremías a través de las dos canastas de higos significa que aun cuando todos sufren bajo el juicio de Dios, Dios aun conoce la diferencia entre aquellos que quedaron en medio del juicio y aquellos que trajeron el juicio.

Oración: Dios Todopoderoso, sabemos que tienes paciencia y no nos castigas como merecen nuestras acciones, por favor te ruego que perdones la iniquidad que pude arrastrar con mi mal proceder, que ninguna consecuencia alcance a los que amo, se que en tu infinita bondad cubres mi alma con tu preciosa sangre, oro confiando en tu Gracia y Perdón. Amén.

Con amor

Martha Vílchez de Bardales

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