Si te vuelves a Dios
- IB La Molina

- 12 jul 2021
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“Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres de acá para allá, y jurares: Vive Jehová, en verdad, en juicio y en justicia, entonces las naciones serán benditas en él, y en él se gloriarán. Porque así dice Jehová a todo varón de Judá y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.” Jeremías 4:1-4

“Si te volvieres” ¡Que paciencia y amor nos tiene Dios! Volverse a Dios es una oportunidad de correr nuevamente a sus brazos, romper con los hábitos que te alejan del Padre, cortar con aquellas cosas que fueron causa de grandes tropiezos y errores, porque Dios es Dios de nuevas oportunidades, no todo está perdido, pues Dios te da la oportunidad de volverte. Volverse es una necesidad. Es una necesidad pues tu alma está hecha para Dios.
En este capítulo Dios continúa pidiendo a la nación infiel que regrese a Él. Como si le implorara para que no sigan en sus caminos de reincidencia y que vuelvan a Él. Para nosotros volver a Dios significa dejar nuestros malos hábitos, las malas costumbres o impulsos que quitan el brillo de un hijo de Dios, por eso es necesario que a cada tanto examinemos nuestra conducta y nos rindamos ante la presencia del Señor.
Volver a Dios no quiere decir hacer un acto de penitencia religioso, tampoco es inclinar la cabeza delante de un pastor, en señal de sujeción y delante de la congregación. Volver a Dios es un acto decisivo donde la voluntad se rinde delante del Señor porque reconoces tu conducta, y deseas de todo corazón ser sumiso al Padre que ve tu corazón.
Volverse a Dios significa hacer un balance diario donde sinceramente reconoces que necesitas ser moldeado a la imagen del Salvador. El Señor le pidió a su nación amada que se volviera a Él, le volvió a pedir: “Vuélvete a mí” pero luego añadió las cosas que eran necesarias para regresar sinceramente al Señor:
Desháganse de esos ídolos y no se aparten de mí.
Cuando hablen en mi nombre, sean sinceros y justos conmigo y con los demás.
Preparen su corazón para recibir mi mensaje.
Cumplan el pacto que hice con ustedes, pero cúmplanlo en verdad.
Mi mensaje es como una semilla; ¡no la siembren entre espinos!
Para Israel, regresar al Señor significaba que ellos tendrían que quitar sus ídolos (abominaciones). Ellos no podían aferrarse a sus ídolos y volver a Jehová, así como el cónyuge no puede continuar aferrado a su amante ilícito y genuinamente volver a su matrimonio con su pareja. Dios pide una fidelidad completa.
“Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.” Jeremías 3:10
Dios quiere que nos volvamos a Él de todo corazón y no sólo por apariencia, por eso queda el ejemplo de la nación que aparentemente se volvió al Señor, pero sólo fue de mentira: “No se volvió de todo corazón, sino fingidamente” Judá sólo hizo de cuenta que estaban haciendo algo para que la gente los viera, lo hicieron sólo exteriormente, pura apariencia.
Regresaron al templo, y cumplieron todos los rituales, pero su corazón no estaba identificado con su actitud externa. Esta forma de actuar nos revela que puede haber una reforma sin una auténtica renovación espiritual. La reforma sin una renovación en profundidad, nunca produce un cambio verdadero.
Jeremías nos está dando exhortaciones que llegan al corazón, mi oración es que sobre todo te ayuden a decidir a volver a Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales









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