Vasijas rotas
- IB La Molina

- 20 ago 2021
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 25 ago 2021
"Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero, y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos de los sacerdotes; y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré. Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová, oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos." Jeremías 19:1-3

Después de unos días de descanso vuelvo a escribir.
Jeremías el profeta fue enviado por Dios para mostrarle al pueblo cuán hipócritas eran porque aunque habían recibido de parte del Señor muchos favores ellos se jactaban de esas bendiciones, pero no fueron agradecidos ni obedientes con él.
El Profeta les había dado una gran lección usando el ejemplo del alfarero, mostrando que el artesano formaba las vasijas a su gusto, pero aún cuando un barro se mostraba terco, él fue paciente y lo rehízo a su gusto.
Ahora Jeremías volvió a recibir un encargo especial, el Señor le pidió que compre una vasija de barro del alfarero, y convocando a todo el pueblo les de una palabra de exhortación rompiendo la vasija delante de todos, para que puedan entender que ellos eran como esa vasija de barro, y entonces así advertidos de su fragilidad, dejen de ser orgullosos.
No puedo dejar de sorprenderme cuán parecidos somos a ese pueblo, nosotros también nos podemos sentir seguros que somos salvos, tenemos vida eterna, somos parte de los redimidos, somos el pueblo de Dios, la novia de Cristo, etc. y por ello ya no somos condenados, no recibiremos el castigo que merecemos porque somos nuevas criaturas. También Israel se sintió especial por ser parte del pacto hecho a Abraham, pero olvidó la cláusula primera: "Camina delante de mí y sé perfecto". Génesis 17: 2 . Hay muchos cristianos que se llaman “nación elegida” pero se olvidan que un hijo nacido de nuevo debe convertirse en un discípulo fiel.
Dios le dio a Jeremías la tarea de demostrar a la nación elegida una lección mediante dos visiones, ya que los judíos pensaban que no estaban sujetos a la suerte común de los hombres, porque habían sido elegidos como un pueblo único y peculiar; mediante el ejemplo del barro en manos del alfarero, los israelitas tenían que reconocer que ellos se habían llenado de orgullo, dejaron de obedecer a Dios, despreciaron el privilegio concedido y a propósito violaron el pacto, pensando que Dios no podía retraerse de cumplir con su palabra, como si el Señor estuviera atado a ellos. ¿Con qué derecho reclamaban privilegios sino obedecían a Dios?
Cuando ellos dejaron de obedecer al Señor, cuando abandonaron la adoración al Dios verdadero y buscaron otros dioses, cuando se rebelaron contra las disposiciones del pacto, se volvieron apóstatas, no fue Dios quien abolió el pacto, fueron ellos.
Cuando Jeremías fue testigo del trabajo del alfarero notó que él podía volver a moldear el barro si así lo deseaba aún si el barro se resistía, pero en la segunda visita vio al barro ya horneado, endurecido y rompible. Entonces reconoció que mientras el barro estaba siendo trabajado es maleable, pero cuando ya ha sido terminado, si éste se rompe, es el fin.
Los judíos habían sido elegidos y formados para ser como vasijas excelentes y hermosas, sin embargo, ellos al saber sobre los privilegios que tenían, como consideraron que el Señor podía formarlos y reformarlos, crearon una evasión astuta para no obedecer, ya que consideraron que el trono de David sería perpetuo, “nunca perderemos nuestros privilegios de nación santa” habrían pensado, por eso fue necesario que Jeremías les mostrase una vasija completa y hermosa, ahora rota: “Y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las palabras que yo te hablaré.”
Imaginen a Jeremías con la vasija espléndida en su mano, y rodeado de los ancianos, los funcionarios del gobierno, los levitas y sacerdotes, y más allá, los habitantes todos. Jeremías les pidió que lo siguieran y los llevó a las afueras de la ciudad, al valle de Hinom. Se cree que este nombre se deriva de los tambores, porque estos tocaban los tambores cuando se mataba a los bebés, para que su llanto no provocara ningún sentimiento de humanidad. En este valle estaban acostumbrados a sacrificar y ofrecer a sus hijos arrojándolos al fuego. El sacrificio humano era abominación a Jehová pero los israelitas se rebajaron copiando las costumbres paganas de los pueblos que no expulsaron. Ellos dedicaron a sus hijos a los baales y a Moloc, por eso Jeremías los llevó allí, donde la nación sabía que había pecado sin ningún temor a Dios. Este lugar después sería el lugar donde quemaban los cuerpos de los maleantes y asesinos.
Cuando llegaron al valle de Hinom, Dios le dijo a Jeremías que dijera: “Oíd la palabra de Jehová, he aquí, traigo un mal sobre este lugar, del cual todo el que oyere, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos.” La palabra profética tuvo más poder cuando los judíos fueron llevados al mismo lugar donde se exhibió el evento, pudo haber dicho lo mismo en el Templo o en la puerta o en el palacio del rey pero su profecía no habría sido así de eficaz. ¿Crees que necesitas ser llevado al lugar de donde Dios te sacó para arrepentirte y ser agradecido?
En este lugar los israelitas fueron exhortados y tuvieron que verse como vasijas rotas en las manos de Dios por su desobediencia y orgullo. Mi hermano amado, mi querida hija de Dios, Dios nos sacó de la inmundicia, nos limpió toda escoria, nos rehízo para ser reflejo de su imagen, ser hijos de Dios en todo el esplendor que eso significa. Que esta profecía te ayude a entender que puedes ser roto sin insistes en apartarte de Dios.
Con amor
Martha Vílchez de Bardales
Gracias por todos los saludos por mi cumpleaños, es un honor tener vida para servir a Jesucristo
PD. Este ministerio de devocionales diarios se sostiene con el apoyo de hermanos que ofrendan con amor, si deseas apoyar puedes hacerlo voluntariamente en la siguiente cuenta.
Betsabé Martha Vílchez Malpica DNI: 07944322.
BBVA S/. 0011-0145-0200449680
CCI 0 11-145-000200449680-04
BBVA $ 0011-0145-0200449699
CCI 011-145-000200449699-04









Comentarios